28 enero 2013

Invitados en casa


¡Hola a todo el mundo! Este sábado mi cuñado y su novia vinieron a pasar el día.  Fuimos a comer comida tailandesa, y estuvimos tan agusto que la sobremesa se alargó hasta las cinco menos cuarto. Ya avanzada la tarde, una parada en un pub inglés para saborear una Leffe tostada.  ¿No es el paraíso? Me parece un lugar estupendo para conversar.


El peque quería una hamburguesa, así que primero paramos en un burguer y mientras él daba cuenta de lo suyo nosotros hacíamos tiempo con otra cervecita.  Luego fuimos a picar algo, y a dar una pequeña vuelta.  Llegamos a casa pasadas las doce y media, bostezando como marmotas.  Ya no aguantamos nada, qué lástima...


Ayer domingo, el día salió desapacible, lloviendo a intervalos y con una temperatura de 4º.  Mi marido se encargó de hacer la comida para los cinco.  A media tarde mi cuñado y su novia se fueron, y el resto del tiempo transcurrió entre tareas escolares, plancha y montaje de Lego.  El peque tiene una afición tremenda.  Disfruta mucho montado las piezas, siguiendo las indicaciones poco a poco hasta que todo va tomando forma.  A veces me pide que lo haga con él, la única pega es que no aguanto en la alfombra ni cinco minutos.


Un pequeño capricho a última hora, antes de dejar la cocina recogida y tumbarme un rato en el sofá.  Al poco tiempo empecé a luchar contra mis párpados, así que a las diez y media di por acabado el día.  Ha sido un fin de semana intenso y agradable.  Siempre es entretenido tener gente en casa.
Hasta pronto.

23 enero 2013

Por fin nevó

Más vale que las predicciones del tiempo no acertaron ayer, por lo menos aquí, porque a punto estuve de mandar al peque a estudiar como si de un niño siberiano se tratase.  Hasta quise meterle en la mochila las botas de nieve (por si acaso) y él mismo, con la sabiduría propia de su edad, me dijo: "¡Venga ya, pero si no aciertan nunca....!".


Efectivamente no acertaron, aunque el frío está siendo muy intenso.  El aire te deja petrificado en cuanto abres la puerta de casa.  Después de comer me calcé mis cocodrilos verdes y mi viejo plumífero y salí al jardín a poner las macetas todas juntas a cubierto, también por si acaso. Aunque tampoco nevó por la tarde.


Pero, tachánnnnnnnn, hoy sí hemos amanecido con nieve, una capa de unos 3 cms. El peque se ha levantado de la cama como con un resorte (hay que ver cómo les gusta la nieve a los niños). El resto de la mañana  ha nevado ligeramente, aunque la nieve ha ido desapareciendo poco a poco.  Este es el aspecto que presentaba el jardín a media tarde.
 

 Pequeños trozos de hielo descansaban sobre las abelias al mediodía.


El peque ha llegado a casa con los mofletes fríos y la nariz roja.  Se ha afanado en recoger toda la nieve que ha podido para hacer este mini-muñeco de nieve.  Al poco se ha quedado tuerto, el pobre.  La verdad que más que nieve esto era hielo.  Nos hemos quedado con ganas de más, esto ha sido como un aperitivo...


Los miércoles estamos más tranquilos porque no tiene ninguna actividad extraescolar, y podemos merendar mientras charlamos un poco. Hoy le preparé una de sus meriendas favoritas: plátano troceado con leche, azúcar y canela.


Así que como esta tarde ya no he tenido que salir de casa, me he ocupado en adornar la entrada con unas ramas de ciprés que corté ayer en el jardín.  Me gusta ponerlas encima del espejo; es un adorno natural y dura bastante antes de secarse.
Hasta pronto.

17 enero 2013

Chapuza en la cocina

Todo empezó con la idea de preparar unas galletas de chocolate blanco de una receta que habíamos visto en Youtube hace unos días.  En el vídeo la muchacha con gran soltura iba trabajando todos los ingredientes y parecía fácil de hacer.  Como no disponíamos de la mitad de las cosas, el peque y yo salimos un momento al supermercado.  Me dejé casi 6 € entre chocolate blanco, harina y mantequilla.  Hasta aquí todo bien.  Picamos el chocolate, las nueces, y luego hicimos la masa tal y como explicaban en el vídeo.  Nos las prometíamos muy felices.


Aquello quedaba muy harinoso, es decir, no tenía consistencia de masa, así que le añadí 100 grs. más de mantequilla, así por las bravas.  Después de un buen rato luchando, conseguimos hacer el patatón rollo con el papel film.  Luego había que meterlo en el congelador durante 2 horas.  Cuando lo sacamos aquello estaba más duro que la mojama, así que tuvimos que esperar un rato para poder cortarlo en rodajas.  ¿Qué pasó entonces?  Pues que se deshacían.  ¡Ainssss.......! Después de 15 ' en el horno y debido a los dispares tamaños, unas estaban blancas y otras quemadas. 


Así que nada, a eso de las 9 de la noche acabé de hornear las dichosas galletas.  Las fui poniendo a enfriar cogiéndolas como si fuesen los restos de algún diplodocus, porque se rompían con solo mirarlas.
Hoy he puesto la fuente en el centro de la mesa para desayunar, y tengo que decir que aunque de sabor están muy ricas, de aspecto y textura no puedo decir lo mismo.  En estos momentos estoy notando cierta indigestión en las tripas, supongo que por llevar tanta mantequilla.  Espero que el resto de la familia se encuentre bien, de momento nadie ha llamado por teléfono.
Hasta aquí mi aventura gastronómica de hoy.  ¿Váis entendiendo ahora el nombre del blog...? Pero que conste que le pongo interés, ¿eh? (más chapuzas aquí)

13 enero 2013

Un domingo tranquilo


¡Hola a todo el mundo! ¿Qué tal vuestro fin de semana?  Por aquí hemos intentado dedicarnos a las cosas que nos hacen sentir bien.  Lo bueno es cuando eso coincide con hacer felices a los demás.  De momento agarro mi taza de chocolate para contaros que:
 

Si hay algo que le gusta al peque son esas bolsas de palomitas coloreadas que se meten en el microondas y están listas en tres minutos.  Para mi gusto son asquerosas, pero por una vez hay que darle gusto.  A veces me siento como un ogro respondiendo NO a todo lo que nos propone, así que esto fue como un respiro a mi cargo de conciencia.  Su propuesta era ver el DVD de Carlos Latre (que le dejaron los Reyes Magos) comiendo unas palomitas en el salón.  Tenemos una norma en casa que es no comer en el salón, pero bueno, en ciertas ocasiones las saltamos, al fin y al cabo lo pasamos bien.  Este espectáculo lo vimos en directo en Pamplona en el mes de junio y nos pareció genial.


También ha habido tiempo para seguir con mi supermanta de sofá de punto bobo, que poco a poco va cogiendo dimensiones.  No tengo mucha idea de tejer pero me relaja mucho, aunque estoy notando el dedo meñique derecho un poco atrofiado, no sé si será normal.  Creo que lo difícil no es hacer punto, sino que los acabados se vean bien.  En cuanto la termine os enseñaré el resultado.


Todo eso fue ayer, hoy domingo el cielo aparecía nublado y el suelo mojado aunque no llovía.  Luego ha ido despejando y nos hemos animado a ir a la protectora de animales a pasear algún perro.  Hoy nos tocó a Bruno, muy formal y obediente.  No tiraba nada de la correa y eso se agradece, porque algunos salen muy  ansiosos a pasear hasta que se calman un poco.


Hemos estado una hora paseando a buen ritmo, aunque hemos parado ratito para tomar un "aperitivo".


Al mediodía una rica comida preparada por mi marido, a base de ensalada completa, pimientos del piquillo y gorrín asado. 


Por la tarde, unos minutos para recoger y doblar la ropa. Mañana lunes cada uno vuelve a sus obligaciones y todo tiene que estar a punto.


Despido el post de la misma manera que lo empecé, con mi taza de chocolate que en estos momentos ya está templado.  No voy a hacer nada más por el momento.  Un paseo por la red, mientras escucho la música que me gusta, hasta que me reclamen para una división que no cuadra o un "qué vamos a cenar..." Bueno, son poco más de las seis, así que me queda un rato de relax todavía.  ¿Qué más se puede pedir a un domingo?
Hasta pronto.

11 enero 2013

La última chocolatina


¡Hola! El lunes nos dedicamos a ir recogiendo los adornos, el Belén y el árbol.  Mientras quitábamos las bolas del árbol apareció "la última chocolatina", esa pobre, olvidada, camuflada entre espumillones, bolas y ángeles. ¿Y a que no adivináis quién le hincó el diente? El peque, claro.  Bastantes excesos hemos hecho ya los demás, así que mejor que fuese él quien se encargase de acumular alguna caloría de más.


Yo por mi parte he hecho suficiente acopio de calorías estas fiestas, así que me he propuesto empezar a comer más fruta y salir a andar con brío más a menudo (esto me suena haberlo dicho ya en alguna ocasión, ¿verdad?)


El lugar donde estaba el árbol vuelve a estar ocupado por una mesita redonda en la que tengo colocadas distintas figuritas procedentes de diferentes sitios del mundo. Estos días he estado ocupada limpiando y poniendo en orden las cosas;  en un antiguo arcón encontré este tapete de ganchillo que en su día desterré sin más miramientos, y se me ocurrió ponerlo en esta mesita.  Ciertamente estoy algo confundida, no sé si me gusta o no.  De momento se ha quedado así.    



Por lo demás, todo ha ido volviendo a la normalidad.  Las clases empezaron el martes y de nuevo hemos vuelto a reencontrarnos con el horrible sonido del despertador, con las legañas pegadas y con las mochilas cargadas. El miércoles los chavales salen de clase a las 3 h, así que aprovechamos que lucía el sol y salimos a dar un pequeño paseo y comprar algo de fruta.  Nos acercamos hasta una agradable zona para pasear y jugar en la que nos topamos con este cocodrilo, que sin duda ha conocido días mejores.  Pero ahí sigue haciendo felices a tantos niños.
Os deseo un feliz fin de semana.
Hasta pronto.

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PD. Como algunas habéis notado días atrás hubo un problema con Google y sus "marcadores de páginas maliciosas", tanto en mi blog como en el de otras compañeras.  He pasado unos días muy preocupada pensando que quizás os pudiese afectar en algo, hasta pensé echar la persiana y olvidarme del blog.  No sé cómo ocurrió ni cómo se ha solucionado.  Cosas que pasan en la red... Gracias a tod@s por seguir ahí.  Un beso grande.

06 enero 2013

¡Llegaron los Reyes Magos!

¡Hola! ¿Se han portado bien los Reyes con vosotros? ¿Sí? Me alegro mucho.  Por aquí han llegado cargaditos y todavía tenemos restos de papel de regalo por el suelo.
Si hay alguna noche especial para los niños durante el año, esa es la del 5 de enero.  Parece que ha pasado una eternidad desde que echaron la carta al buzón real, y no ven llegar el día de abrir sus regalos. De vez en cuando surgen las dudas sobre si vendrán o no; igual tenían que haberse portado mejor el año pasado. 


Pero todos los años llegan; también los del Belén, que cada noche han ido avanzando un tramo desde Año Nuevo.  Todas las mañanas el peque, antes incluso de desayunar, corría a mirar si se habían movido o no, lo cual augura buen presagio.  
 

Ayer salió un día estupendo, el cielo despejado como días atrás y una temperatura de 14º. Salimos un momento a la pastelería para comprar el tradicional Rosco de Reyes para desayunar esta mañana.

Por la tarde fuimos a tomar algo y de paso ver pasar la Cabalgata de Reyes.  Este año el peque no mostraba mucho interés en ir, así que un pequeño chantaje para tomar una coca-cola y listo.  Como no teníamos mucha prisa en llegar, cuando lo hemos hecho los Reyes ya habían bajado de sus reales carrozas para ir a hacerse fotos con los niños.


Una vez en casa, nos dedicamos a dejar los zapatos bien lustrosos debajo del árbol.  También algún tentempié para que los Reyes retomen fuerzas en un día tan agotador.


El día acabó con una taza de café (sí, café), tumbada en el sofá, como si me hubiese pasado una apisonadora por encima, intentando poner un poco en orden mi cabeza, planificando lo que viene esta semana.  ¡Esto se acaba ...! Desde que empezaron las vacaciones escolares allá por el día 21 de diciembre hasta ahora, han pasado muuuuuchos días, que a veces se han hecho interminables.  Ahora toca recoger poco a poco los adornos, el papel de regalo hecho bolas, el árbol, el belén, y darle un buen repaso a la casa, pero haré como Escarlata O'Hara, "ya lo pensaré mañana".

Hasta pronto.

03 enero 2013

Visita al cementerio

Empezamos este año con una visita pendiente desde hace tiempo.  Aprovechando que las clases no se reanudan hasta el día 8 y que mi horario me lo permite esta semana, decidimos ir al cementerio.  Hoy el día ha estado espléndido, el cielo azul azul azul, sin nubes y sin aviones. Además con 12º de temperatura ¿quién se puede resistir a salir?
 

Próxima al cementerio nos encontramos con esta tienda de mármoles, en la que se fabricaban lápidas y esculturas.  Hace tiempo que está abandonada, pero las hiedras guardan con celo su interior.


Alguna lápida desperdigada que no llegó a cumplir su función.  Parecen conservar aún su blancura.


Esa pareja de ángeles custodian una puerta que probablemente no se abra más.  ¿Te imaginas poder permitirte una pequeña extravagancia e intentar comprarle uno a quien quiera que pertenezcan? Estoy convencida de que hay gente que lo hace. 


Pero nuestra compra fue más humilde que todo eso, unos sencillos ramos de margaritas y unas velas. Luego unas oraciones y pensar que ellos estarían contentos así.


Un estatua muy similar al Penseur de Rodin nos recibe a las puertas de este cementerio de Pamplona.


Este camino recorría yo junto a mi madre cuando era niña.  Ahora soy la que lo recorro con mi hijo.  Es la ley de la vida.  Magníficos cipreses alineados a los lados, los mismos que me acompañaban entonces lo hacen también ahora.


Me gustan los cementerios, (para ir de visita claro).  Encierran historia, arquitectura, tranquilidad, sonido de fuentes, olor a tierra mojada y cantos de pájaros.  Mis zonas preferidas son las de los viejos mausoleos, las de finales del siglo XIX, algunos de ellos ya abandonados. 


Algunas tumbas son inquietantes, otras solitarias, las hay concurridas, y hasta famosas, como esta de Pablo Sarasate, el famoso violinista nacido en Pamplona y fallecido en Biarritz. 




Esta fue nuestra visita de hoy.  Con el sol luciendo toda la mañana y el abrigo sobrando.  Tengo que prometerme a mí misma repetir esta visita más a menudo. Me gusta recordar y hacer que el peque también fabrique sus propios recuerdos con parte de los míos.
Un abrazo.

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